Foto de http://ideasparadecoracion.com/
Esta vez os traemos una bonita historia navideña con final feliz. Por desgracia, hay un arquitecto padre de dos retoños que lleva bastante tiempo en paro. Por si las cosas no fueran suficientemente mal, este frío invierno se les estropeó la caldera de casa. Las perspectivas no eran nada halagüeñas para esta familia que parecía condenada a pasar la Navidad más gélida de su vida. Por suerte, todavía quedan corazones bondadosos dispuestos a echar un cable a aquel que lo necesita. Hablamos de un grupo de jubiladas lideradas por Mariam que, ante tal infortunio, decidieron tomar cartas en el asunto y solicitar un presupuesto en Habitissimo para que arreglaran la dichosa caldera. Una vez encontrado el profesional perfecto y acordado un precio, las señoras unieron sus bolsillos para prestar los 300 euros que iba a costar la reparación. El arquitecto ya los devolvería cuando pudiera.
Pero este humilde Cuento de Navidad no acaba aquí. Para empezar, Rafa de Reparohogar, el profesional que contrataron para el apaño, fue el único de los cuatro contactados que propuso arreglar la caldera y no sustituirla. “Siempre compro esas solicitudes porque son pequeñas y nadie las quiere”, nos cuenta con sencillez y modestia. Una vez que Rafa llegó a la casa del arquitecto y observó su desafortunada situación, decidió que tampoco iba a cobrar la reparación. “Mariam y sus amigas pusieron el dinero pero yo les cobré sólo el material, que eran 50 euros. No me fui de esa casa hasta que no quedó reparada la caldera, ni siquiera paré para comer”, explica este profesional de Navalcarnero, Madrid, quien, por cierto, asegura que volverá a ejecutar algún que otro apaño para el arquitecto.